domingo, 24 de agosto de 2008

sábado, 5 de julio de 2008

Respuesta a dos poetas al filo de un parteaguas

He recibido los mensajes de los poetas Juan Manuel Roca y Gabriel Jaime Franco. Entiendo el envío de los mensajes como un llamado a la toma de posición frente al reconocimiento al Festival por parte del Congreso, y no quiero pasar de agache en este debate -si es debate y no camorra-. Partamos de la desprevención y también del hecho que no es un asunto trivial el homenaje por parte del Congreso a una expresión cultural importante para el país como es el Festival de Poesía de Medellín. Me asalta la preocupación, como a todos, -incluido Prometeo- del beneficio, o el maleficio, que pueda ser un reconocimiento del actual Congreso, pero también tengo la costumbre de no ser ladino en mis opiniones: mi criterio es el que sigue frente a este hecho de la cultura colombiana:

La doble connotación: cultural y política del reconocimiento, me invita a mirar el hecho como ciudadano y no como poeta amigo de... o enemigo de... que parece haberse fundado en Colombia bandos poéticos y no corrientes críticas y literarias; resabios del pasado clerical ¿o miserias del presente aldeano de la cultura colombiana? El caso es que el empobrecimiento y la involución intelectual del país y de su inteligencia se hace evidente en la forma de tratar asuntos de la cultura, la literatura, o la política, y ese ya es un signo preocupante ante el cual es necesario superar las posiciones ladinas y enfrentar la diferencia con la argumentación, el diálogo, o la crítica de forma directa, sin las oblicuidades propias del interés individual, o del celo exacerbado ante el reconocimiento colectivo del otro que no somos.

Seamos directos y seamos también de buena fe: digamos que el poeta Juan Manuel está muy preocupado por el destino de la poesía colombiana y ve en el Festival un bien cultural que hay que defender; digamos también que la forma de cuidar el Festival es no convertirlo en instrumento político, ni en “boca de partido”, expresión que le he escuchado al poeta. Estoy en acuerdo total en este punto. Sin embargo, lo que he visto en el nuevo rumbo del Festival es su desdoblamiento en acción política de la cultura, y esto ya es otro asunto; si los poetas no son sensibles a su entorno, y con mayor razón ante el oscuro entorno que habitamos, entonces no se puede esperar de ellos más que anacronismo contemplativo y balbuceo retórico, y este último es hoy profuso.
La cultura es siempre creación poética y por supuesto construcción política. Seamos también de buena fe en reconocer que el Festival es ese doble aporte a la cultura y amerita un reconocimiento de la nación – aunque esta nación, como es hoy, no nos guste- y que ésta puede ser una forma de consolidar el Festival y los demás procesos surgidos de allí, como el Movimiento de artistas, que es ciertamente una propuesta política.

Lo que no se puede aceptar de las afirmaciones del poeta Juan Manuel, y allí no veo buena fe, es que trate de relacionar este reconocimiento con el gobierno de Uribe, cuando el esfuerzo ha venido del Polo Democrático, entonces habría que echar en el mismo saco al Polo. El dogmatismo consiste precisamente en ver en blanco y negro, es el caso de Uribe y el de algunos escritores de los medios, como Collazos quien a una propuesta de paz del Movimiento de artistas e intelectuales por la paz, respondió con el señalamiento de “aliados de los insurgentes”; ni escudero de Obdulio que fuera. ¿Es el Polo uribista por estar en el Congreso, son los senadores Germán Reyes, Alexander López, Germán Navas, Gloria Inés Ramírez, Gustavo Petro, Jaime Dussán, Jesús Bernal, Jorge Enrique Robledo, Luís Carlos Avellaneda, Orsinia Polanco, Parmenio Cuellar, Venus Albeiro Silva, y Wilson Borja congresistas de Uribe? ¿Es Piedad Córdoba una ficha de los congresistas que están en la guandoca? Afirmaciones como las que hace Juan Manuel Roca, me parece que no están respaldadas por la argumentación crítica, mas bien olfateo mucho de mezquindad y de dificultad para reconocer los méritos ajenos.

Es como decir que el día en que María Mercedes llevó de la mano a Jota Mario y Juan Manuel a una iglesia de Bogotá, a ofrecerse mutuamente perdón como un acto de paz –y ellos la siguieron- ese día Jota Mario y Roca entraron al reino de los confesos; el hecho de haber asistido a una iglesia y recibir “la paz” de la mano del cura no los convierte en poetas secuaces de Monseñor Rubiano o en cómplices del ultra godo Espíritu Santo colombiano. Estas actitudes lindan más con las acrimonias de Arquitrave que con una argumentación inteligente. Lamento profundamente la decadencia de los buenos poetas y la peripatética caída en el odio de un poeta que indudablemente ha hecho aportes a la literatura colombiana. Hay momentos en que la cultura y la vida social necesitan de las posiciones claras de sus mejores hombres, momentos cruciales de la cultura y de los pueblos en que no se pueden permitir las bajezas. Es lamentable ver a quienes hemos tenido por nuestros mayores revolcarse en las miserias de la época.

Ya va siendo hora en que las aguas vuelvan por sus cauces naturales y se reconozcan la inteligencia y la poesía, por el fuego en la frente, como nos lo enseñó Martí, el poeta amoroso de la independencia de Cuba, y no por las bajas ulceraciones. Celebro el reconocimiento que hacen la izquierda y los demócratas en el Congreso al Festival de Poesía de Medellín, su mérito es hoy incuestionable. La preocupación de los Poetas Fernando Rendón y Gabriel Jaime Franco por el crucial momento que vive el país, nos lleva a hacerles además un reconocimiento como intelectuales de la acción, así nuestras convicciones políticas corran por aguas distintas.

Si los poetas de Prometeo van como ignorantes políticos, como garzas voluntariosas, a un espacio que tradicionalmente ha sido el bebedero de las zorras legislativas, la cosa está perdida. Pero tengo la certeza de la formación política de los poetas de Prometeo, y esa es una de las cualidades del Festival: el desdoblamiento de la acción cultural en acción política. Y es más meritorio aún cuando buena parte de la intelectualidad colombiana señala al Festival con el dedo ensangrentado de la deidad vengativa que escoge la próxima víctima para el holocausto. No se han espantado los poetas de Prometeo con los señalamientos, contrariamente han tomado un aliento mayor para decirle al país frontalmente lo que piensan. Allí no hay asomo de miedo; ni el señalamiento, ni el miedo, ni los escritores oficiales callarán la voz crítica de la poesía.

Creer que el Congreso es el presidente, es tanto como pensar que el gobierno es el Estado, y esto ya manifiesta, cuando menos, una falta de información, que es preocupante cuando viene de un intelectual que trata un tema político. En Colombia todo es paradojal, y casi siempre se imponen la cerrazón y la paradoja; los llamados a abrir caminos los cierran, las voces convocantes llaman al odio, la ridiculización y la afrenta, y cuando no, al holocausto. Y esto es así porque se impone la sordidez y la maledicencia sobre esa metáfora necesaria que es la necesidad de crear un país distinto por encima de nuestras diferencias.

No es una responsabilidad menor con el país anteponer los intereses nacionales sobre los intereses individuales, o de las fracciones políticas. Los individuos que disocian y las fracciones que pretenden representar el universo social, no hacen otra cosa que ayudar a hundir al país en la fosa común de la soberbia y el conflicto insoluble, que lindan más con la neurosis que con los problemas de la política. En momentos como el que vivimos es más que ofensivo el dedicarse a enviar correos para señalar a otros. Uno quisiera que los poetas fueran hermanos, pero hay que estar preparados para la alta marea que se nos viene y nos separa, uno quisiera hacer un llamado a la conciliación, pero es el tiempo de las definiciones. Escribo con dolor estas palabras de respuesta que no desearía haber escrito jamás, lo mejor para el hombre, y más para los poetas es siempre la hermandad.

Son los tiempos, los giros de la historia, la agonía de un odio cetrero, la hora de los claudicantes, de los señaladores. Es “el tiempo de los asesinos”, pero también puede ser, precisamente éste, el tiempo de la dignidad. Álvaro Marín


Sobre el Movimiento de artistas e intelectuales

Con las piedras que nos han arrojado hemos ido construyendo, piedra sobre piedra, una fortaleza. El odio subterráneo lo exhumamos para exponerlo ante todos como afrenta colectiva, y luego lo vamos transformando, con el barro de de la poesía, en fuerza para la creación. Porque vamos hacia la raíz del conflicto colombiano somos señalados de radicales, término que bien nos define, y no el de “tibios” o medianos, y mucho menos el de oscuros. El Movimiento es una fuerza amorosa, no contemplativa ni conciliadora; amorosa en el sentido martiano, es decir, una fuerza de la acción creadora, un espacio abierto para la luz en medio de la oscura manigua de nuestra realidad; no es la contemplación desesperanzada e indolente. No somos el que lanza la ofensa y esconde la boca, sino el Movimiento que expresa sus ideas con claridad y avanza, y vamos hacia la vida, huyendo de una realidad ominosa. Huimos de las fuerzas de la muerte para construir otro país, otra vida. Huimos creando al lado de las fuerzas de la vida. Trabajamos sobre ese vacío que han dejado el odio y la muerte; juntamos nuestras partes resquebrajadas, las recomponemos y volvemos a andar, con todo aquel que quiera trabajar por la paz de Colombia, desde la resignificación misma del término “Paz”, que es acuerdo entre los colombianos, pero también ruptura con las actitudes negativas de la ausencia de diálogo, la desidia, la actitud ladina y la mezquindad, que son las fuerzas culturales que sostienen este engranaje de muerte.

Y Paz también es un país distinto, no el de las madres lactantes de las comunidades ancestrales durmiendo bajo los gélidos puentes urbanos, miradas con desdén por transeúntes tan fríos como las fosas comunes de este gobierno de la muerte. Paz no es el país de los campesinos que piden tierra y son arrojados bajo la tierra que piden. No el país de la mezquindad, nunca el país de los poetas que desconocen la noción de fraternidad. Y sin embargo es mejor la ruptura definitiva que abre las compuertas de una cultura estancada, que el hermanarse en las medianías, o haciendo tabla rasa por lo bajo. Es necesario desgarrar este manto de sombras para que sea posible la luz, todos los días lo aprendemos del sol. Álvaro Marín
"MONTAJE" RESCATE DE BETANCOURT: RADIO SUIZA
“Montaje” y pago de $20 millones por liberación de rehenes colombianos en vez de rescate, denuncia radio suiza

Asdrúbal GuerraAporrea।org Según reportan hoy varios medios europeos, la emisora estatal Radio Suiza Romanda (RSR) reveló ayer que la operación a través de la cual se logró la libertad de Ingrid Betancourt y otros 14 rehenes en manos de las FARC, fue signada por el dinero y no por la destreza o inteligencia de las autoridades colombianas y estadounidenses।Según el reporte de RSR, “los 15 rehenes fueron en realidad liberados luego del pago de una alto precio, y la operación posterior fue un montaje.”El periodista Frederich Blassel, representante de la RSR confirmó que el guerrillero conocido como “César”, uno de los dos capturados, recibió 20 millones de dólares a cambio de entregar a los rehenes.“No fue una negociación con las FARC directamente, sino con una persona muy importante de esa organización que es el comandante “César”, explicó.Radio Suiza Romanda es un medio de comunicación estatal y transmite en cuatro lenguas diferentes en Europa.El periodista Blassel agregó que de acuerdo con la fuente, Estados Unidos patrocinó el pago de la suma al guerrillero. Citando una fuente cercana a los acontecimientos, confiable y probada en varias oportunidades en años recientes, la radio también afirmó que el gobierno de Estados Unidos estuvo detrás del acuerdo y colocó el precio en 20 milones de dólares.“Los tres contratistas norteamericanos trabajaban para el FBI y fueron cedidos a la DEA para que realizaran un trabajo y por eso el interés de esa nación era muy alto en recuperar a esos ciudadanos. El contacto con el comandante César se estableció a través de su novia que fue capturada hace unos cuatro meses por el Ejército”.Frente a la extradición que afrontan los dos guerrilleros capturados en la operación, el periodista dijo que “suena raro,” pero de acuerdo con la información que posee, Suiza, Francia y España estarían dispuestos a recibir a estos dos guerrilleros y darles una nueva identidad evitando de esta manera su extradición a los Estados Unidos.El realizador de cine en Francia Gil Pérez y un analista especialista en el tema de Colombia también hablaron de este tema en similar sentido, agregó el periodista.El representante de la Radio Suiza estatal cree que todo esto obedece a la línea dura que quiere mantener el presidente Uribe frente a la negociación con las Farc y por eso considera que todo fue un montaje.“Si la gente supiera que esta operación fue un montaje detrás de una negociación, no le importaría porque Uribe sale como el triunfador y en todo caso queda como el hombre fuerte”, concluyó.La cancillería colombiana negó la versión y calificó la noticia como “falsa”. Según el general colombiano Fredy Padilla de León, las versiones de pago por rescate son “patadas de ahogado.”Por su parte, el gobierno de Francia negó haber estado envuelto en la operación.
Fernando Vallejo está indignado porque "solo se habla" de Betancourt y no de los otros rehenesEFE - viernes, 4 de julio, 16।02

Río de Janeiro, 4 jul (EFE).- El polémico escritor colombiano Fernando Vallejo considera "escandalosa" la atención que se presta a la liberación de Ingrid Betancourt, en comparación con el a su juicio escaso interés que despiertan otros rehenes de las FARC.
"Han sido secuestrados millares a lo largo de los años, ahora mismo varias centenas están sufriendo en poder de la FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pero sólo se habla de ella", dijo Vallejo en declaraciones publicadas hoy por Folha de Sao Paulo.
El escritor, que participa en un encuentro literario en la ciudad brasileña de Paraty, opina además que la ex candidata presidencial colombiana, rescatada el pasado miércoles por el Ejército junto a otros 14 secuestrados, es "manipuladora", "bellaca" y "horrible", entre otros epítetos."Es escandaloso el espacio que están dando para la liberación de Ingrid Betancourt", añadió el polémico autor de " La Virgen de los sicarios" y "El despeñadero", que es uno de los participantes en la Sexta Fiesta Literaria Internacional de Paraty.Vallejo, quien vive en México desde 1971 y se naturalizó ciudadano de ese país en 2007, calificó a Betancourt como una mujer ambiciosa y la acusó de provocar su propio secuestro en 2002 como una forma de promoción política."Ella y su asesora y compañera de aventuras Clara Rojas son los únicos políticos que actuaron para ser secuestrados", afirmó.Betancourt y su jefa de campaña, Rojas, liberada por las FARC en enero pasado, fueron secuestradas en 2002 cuando entraron en una zona controlada por las FARC en San Vicente del Caguán (sur de Colombia).En esa zona desmilitarizada se habían llevado a cabo las fracasadas negociaciones de paz entre el principal grupo guerrillero colombiano y el gobierno del entonces presidente Andrés Pastrana.Vallejo, ganador del Premio Rómulo Gallegos en 2003, se declaró "indignado" con la consternación provocada dentro y fuera de Colombia por la situación de Betancourt, quien pasó más de seis años en poder de sus captores."Han sido secuestrados millares a lo largo de los años, ahora mismo varias centenas están sufriendo en poder de la FARC , pero sólo se habla de ella", se quejó.También dijo que no sería extraño que la ex senadora se lance como candidata las elecciones presidenciales colombianas de 2010 y que en ese escenario ella tiene grandes posibilidades de ganar."El pueblo colombiano es tan ignorante que hasta puede elegirla. Pero ella es francesa, tiene doble ciudadanía. ¿Por qué escogió hacer política y competir por las elecciones en Colombia, por qué no compite en Francia contra Nicolás Sarkozy?" se preguntó.Al mostrar su escepticismo acerca de la situación actual y el futuro de su país de origen, Vallejo afirmó que las FARC, junto con la Iglesia católica y el presidente Álvaro Uribe, son "la principal plaga de Colombia".

martes, 3 de junio de 2008

La política cínica del imperio

Fidel Castro Ruz , Mayo 25 de 2008 10 y 35 p.m.

No sería honesto de mi parte guardar silencio después del discurso de Obama la tarde del 23 de mayo ante la Fundación Cubano-Americana, creada por Ronald Reagan. Lo escuché, como hice con el de McCain y el de Bush. No guardo rencor hacia su persona, porque no ha sido responsable de los crímenes cometidos contra Cuba y la humanidad. Si lo defendiera, les haría un enorme favor a sus adversarios. No temo por ello criticarlo y expresar con franqueza mis puntos de vista sobre sus palabras.

¿Qué afirmó?

"A través de mi vida ha habido injusticia y represión en Cuba, y nunca durante mi vida el pueblo ha conocido la verdadera libertad, nunca en la vida de dos generaciones ha conocido el pueblo de Cuba una democracia… no hemos visto elecciones durante 50 años… Nosotros no vamos a soportar estas injusticias, juntos vamos a buscar la libertad para Cuba," les expresa a los anexionistas y continúa: "Esa es mi palabra. Ese es mi compromiso… es hora de que el dinero estadounidense haga que el pueblo cubano sea menos dependiente del régimen de Castro. Voy a mantener el embargo…"

El contenido de las palabras de este fuerte candidato a la Presidencia de Estados Unidos, me exonera de la necesidad de explicar el porqué de esta reflexión.

El propio José Hernández, uno de los directivos de la Fundación Cubano-Americana al que Obama elogia en su discurso, era el propietario del fusil automático de calibre 50, mirilla telescópica y rayos infrarrojos capturado por casualidad junto a otras mortíferas armas, durante su transportació n por mar hacia Venezuela, donde la Fundación proyectó asesinar al que esto escribe en una reunión internacional que tuvo lugar en Margarita, estado venezolano de Nueva Esparta.

El grupo de Pepe Hernández deseaba volver al pacto con Clinton, a quien el clan de Mas Canosa traicionó, ofreciéndole mediante fraude la victoria a Bush en el 2000 porque había prometido asesinar a Castro, algo que todos aceptaron gustosos. Son rejuegos políticos propios del sistema decadente y contradictorio de Estados Unidos.

El discurso del candidato Obama se puede traducir en una fórmula de hambre para la nación, las remesas como limosnas, y las visitas a Cuba en propaganda para el consumismo y el modo de vida insostenible que lo sustenta.

¿Cómo va a enfrentar el gravísimo problema de la crisis alimentaria? Los granos hay que distribuirlos entre los seres humanos, los animales domésticos y los peces, que de año en año son cada vez más pequeños y más escasos en los mares sobreexplotados por los grandes arrastreros a los que ningún organismo internacional fue capaz de frenar. No es fácil producir carne a partir del gas y el petróleo. El propio Obama sobreestima las posibilidades de la tecnología en la lucha contra el cambio climático, aunque está más consciente que Bush de los riesgos y del escaso tiempo disponible. Podría asesorarse con Gore, que es también demócrata y dejó de ser candidato, porque conoce bien el ritmo acelerado en que se incrementa el calentamiento. Su cercano rival político aunque no aspirante, Bill Clinton, experto en leyes extraterritoriales como la Helms-Burton y la Torricelli, puede asesorarlo en un tema como el bloqueo, que prometió erradicar y nunca cumplió.

¿Cómo se expresó en su discurso de Miami el que sin duda es, desde el punto de vista social y humano, el más avanzado candidato a la postulación presidencial en Estados Unidos? "Durante 200 años" —dijo— "Estados Unidos ha dejado en claro que no vamos a soportar la intervención en nuestro hemisferio, sin embargo debemos ver que hay una intervención importante, el hambre, la enfermedad, la desesperación. Desde Haití hasta Perú podemos hacer algo mejor las cosas y debemos hacerlo, no podemos aceptar la globalización de los estómagos vacíos¼ " ¡Magnífica definición de la globalización imperialista: la de los estómagos vacíos! Debemos agradecérselo; pero hace 200 años Bolívar luchó por la unidad de América Latina y hace más de 100 años Martí dio su vida combatiendo contra la anexión de Cuba a Estados Unidos. ¿Dónde están las diferencias entre lo que proclamó Monroe y lo que dos siglos después proclama y reivindica Obama en su discurso?

"Tendremos un enviado especial de la Casa Blanca, como lo hizo Bill Clinton" —expresó casi al concluir— " ...vamos a ampliar el Cuerpo de Paz y les vamos a pedir a más jóvenes que hagan que nuestros vínculos con las gentes se hagan más fuertes y quizás más importantes. Podemos forjar el futuro, y no dejar que el futuro nos forje a nosotros." Es una bella frase, porque admite la idea, o al menos el temor, de que la historia hace a los personajes y no al revés.

Los Estados Unidos de hoy no tienen nada que ver con la declaración de principios de Filadelfia formulada por las 13 colonias que se rebelaron contra el colonialismo inglés. Hoy constituyen un gigantesco imperio, que no pasaba en aquel momento por la mente de sus fundadores. Nada cambió sin embargo para los indios y los esclavos. Los primeros fueron exterminados a medida que la nación se extendía; los segundos continuaron siendo objeto de subastas en los mercados —hombres, mujeres y niños— durante casi un siglo, a pesar de que "todos los hombres nacen libres e iguales", como afirma la declaración. Las condiciones objetivas en el planeta favorecieron el desarrollo de ese sistema.

Obama en su discurso atribuye a la Revolución Cubana un carácter antidemocrático y carente de respeto a la libertad y los derechos humanos. Es exactamente el argumento que, casi sin excepción, utilizaron las administraciones de Estados Unidos para justificar sus crímenes contra nuestra patria. El bloqueo mismo, por sí solo, es genocida. No deseo que los niños norteamericanos se eduquen en esa bochornosa ética.

La revolución armada en nuestro país no habría sido tal vez necesaria sin la intervención militar, la Enmienda Platt y el coloniaje económico que esta trajo a la isla.

La Revolución fue producto del dominio imperial. No se nos puede acusar de haberla impuesto. Los cambios verdaderos pudieron y debieron originarse en Estados Unidos. Sus propios obreros, hace más de un siglo, lanzaron la demanda de las ocho horas, hija de la productividad del trabajo.

Lo primero que los líderes de la Revolución Cubana aprendimos de Martí fue creer y actuar en nombre de una organización fundada para llevar a cabo una revolución. Siempre dispusimos de facultades previas y, una vez institucionalizada, fuimos elegidos con la participación de más del 90 por ciento de los electores, como es ya costumbre en Cuba, y no la ridícula participación que muchas veces, como en Estados Unidos, no llega al 50 por ciento de los electores. Ningún otro país pequeño y bloqueado como el nuestro habría sido capaz de resistir tanto tiempo, a base de ambición, vanidad, engaño o abusos de autoridad, un poder como el de su vecino. Afirmarlo constituye un insulto a la inteligencia de nuestro heroico pueblo.

No cuestiono la aguda inteligencia de Obama, su capacidad polémica y su espíritu de trabajo. Domina las técnicas de comunicación y está por encima de sus rivales en la competencia electoral. Observo con simpatía a su esposa y sus niñas, que lo acompañan y animan todos los martes; es sin duda un cuadro humano agradable. No obstante, me veo obligado a varias delicadas preguntas, aunque no pretendo respuestas, únicamente consignarlas.

1º ¿Es correcto que el Presidente de Estados Unidos ordene el asesinato de cualquier persona en el mundo, sea cual fuere el pretexto?

2º ¿Es ético que el Presidente de Estados Unidos ordene torturar a otros seres humanos?

3º ¿Es el terrorismo de estado un instrumento que debe utilizar un país tan poderoso como Estados Unidos para que exista la paz en el planeta?

4º ¿Es buena y honorable una Ley de Ajuste que se aplica como castigo a un solo país, Cuba, para desestabilizarlo, aunque cueste la vida a niños y madres inocentes? Si es buena, ¿por qué no se aplica el derecho automático de residencia a los haitianos, dominicanos y demás países del Caribe, y se hace lo mismo con los mexicanos, centroamericanos y suramericanos, que mueren como moscas en el muro de la frontera mexicana o en aguas del Atlántico y el Pacífico?

5º ¿Puede Estados Unidos prescindir de los inmigrantes, que cultivan vegetales, frutas, almendras y otras exquisiteces para los norteamericanos? ¿Quién barrería sus calles, prestaría servicios domésticos y realizarían los peores y menos remunerados trabajos?

6º ¿Son justas las redadas de indocumentados que afectan incluso a niños nacidos en Estados Unidos?

7º ¿Es moral y justificable el robo de cerebros y la continua extracción de las mejores inteligencias científicas e intelectuales de los países pobres?

8º Usted afirma, como recordé al inicio de esta reflexión, que su país advirtió hace tiempo a las potencias europeas que no admitiría intervenciones en el hemisferio, y a la vez reitera la demanda de ese derecho, reclamando al mismo tiempo el de intervenir en cualquier parte del mundo con el apoyo de cientos de bases militares, fuerzas navales, aéreas y espaciales distribuidas en el planeta. Le pregunto, ¿es esa la forma en que Estados Unidos expresa su respeto por la libertad, la democracia y los derechos humanos?

9º ¿Es justo atacar sorpresiva y preventivamente sesenta o más oscuros rincones del mundo, como los llama Bush, sea cual fuere el pretexto?

10º ¿Es honorable y cuerdo invertir millones de millones de dólares en el complejo militar industrial para producir armas que pueden liquidar varias veces la vida en la Tierra?

Usted debiera conocer, antes de juzgar a nuestro país, que Cuba, con sus programas de educación, salud, deportes, cultura y ciencias, aplicados no sólo en su propio territorio sino también en otros países pobres del mundo, y la sangre derramada en solidaridad con otros pueblos, a pesar del bloqueo económico y financiero y las agresiones de su poderoso país, constituye una prueba de que puede hacerse mucho con muy poco. Ni a nuestra mejor aliada, la URSS, le fue permitido trazar nuestro destino.

Para cooperar con otros países, Estados Unidos sólo puede enviar profesionales vinculados a la disciplina militar. No puede hacerlo de otra forma, porque carece de personal en número suficiente dispuesto a sacrificarse por otros y ofrecer apoyo significativo a un país con dificultades, aunque en Cuba hemos conocido y han cooperado con nosotros excelentes médicos norteamericanos. Ellos no tienen la culpa porque la sociedad no los educa masivamente en ese espíritu.

La cooperación de nuestro país nunca la hemos subordinado a requisitos ideológicos. Se la ofrecimos a Estados Unidos cuando el Katrina golpeó duramente la ciudad de Nueva Orleans. Nuestra brigada médica internacionalista lleva el nombre glorioso de Henry Reeve, un joven nacido en ese país que luchó y murió por la soberanía de Cuba en la primera guerra por nuestra independencia.

Nuestra Revolución puede convocar a decenas de miles de médicos y técnicos de la salud. Puede convocar de forma igualmente masiva a maestros y ciudadanos dispuestos a marchar a cualquier rincón del mundo, para cualquier noble propósito. No para usurpar derechos ni conquistar materias primas.

En la buena voluntad y disposición de las personas hay infinitos recursos que no se guardan ni caben en las bóvedas de un banco. No emanan de la política cínica de un imperio.


Tomado de: @DIN Pronto, Claro, Bien. Agencia Digital Independiente de Noticias http://agenciadin. com.ar


DDHH-COLOMBIA: Extradiciones son un golpe a la verdad

Por Constanza Vieira*

BOGOTÁ, 13 may (IPS) - En una operación iniciada en silencio y a la medianoche en tres cárceles de Colombia, y concluida con la primera luz del alba de este martes, fueron extraditados a Estados Unidos 14 ex jefes paramilitares, presuntos o confesos criminales de guerra, que la justicia estadounidense pide por narcotráfico.

Todos tenían suspendida la orden de extradición mientras acataran la Ley de Justicia y Paz, aprobada en 2005 para regir la desmovilización de bandas paramilitares de ultraderecha responsables, según la Organización de las Naciones Unidas, de 80 por ciento de crímenes cometidos en la guerra civil colombiana.

El presidente Álvaro Uribe justificó la medida porque los ex jefes paramilitares siguieron delinquiendo tras su desmovilización, otros no estaban confesando sus delitos y "todos incumplían con la reparación de las víctimas al ocultar bienes o demorar su entrega".

"La verdad manipulada deja de ser verdad. La verdad tiene que decirse sin cálculos en el tiempo, sin dilaciones", señaló el presidente.

Agregó que "el gobierno ha pedido, y los Estados Unidos han aceptado, que la riqueza que las personas extraditadas entreguen por acuerdos con jueces de ese país se dedique a reparar a las víctimas colombianas".

"Nada se opone a que la reparación moral se lleve a cabo desde los Estados Unidos", enfatizó para tranquilizar a casi cuatro millones de personas, la mayoría desplazadas por acción de estos grupos.

Sorprendido por su extradición, Rodrigo Tovar, alias "Jorge 40", azote del pueblo indígena kankuamo en la norteña Sierra Nevada de Santa Marta, gritó que los habían traicionado y lanzó un improperio, lo cual mostraría que no hubo negociación para extraditarlos.

Según su abogado, Hernando Bocanegra, los paramilitares estaban dando la verdad "gota a gota" porque así fue diseñada la Ley de Justicia y Paz.

Cada uno de los 200 ó 250 sobrevivientes o familiares de las víctimas presentes en las sesiones de confesión tenían derecho a preguntar a su defendido por su ser querido inmolado. Si tenía conocimiento directo del caso, el procesado podía contestar; si no, inquiría a sus subalternos, y "esa era la demora", relató.

"Ellos estaban hablando", por eso "eran tan lentas estas versiones libres", como se ha llamado a la etapa de confesión, señaló Bocanegra. "Había un cronograma que se estaba cumpliendo. Estaban en el punto de asesinatos, masacres y genocidios".

Algunos comenzaban a relatar sobre su acción conjunta con unidades militares, otro punto en el cronograma. Otros ya habían anunciado que implicarían a empresarios.

Entre los extraditados están el ex comandante de los paramilitares Salvatore Mancuso, Diego Murillo, alias "Don Berna", heredero del extinto narcotraficante Pablo Escobar, y el jefe del lado norte de la Sierra Nevada de Santa Marta, Hernán Giraldo.

El portavoz del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, Iván Cepeda, advirtió a la prensa que la medida afecta "gravemente" los derechos de los sobrevivientes y busca impedir que los paramilitares continúen dando los nombres de sus cómplices e instigadores, políticos, militares y empresarios.

Eduardo Carreño, vicepresidente del no gubernamental Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, dijo a IPS que "la medida confirma lo que hemos dicho desde el principio: que un Congreso legislativo con fuerte presencia paramilitar legisló en causa propia, y que las víctimas son las grandes olvidadas en este proceso".

Al menos 63 parlamentarios, casi todos oficialistas, están bajo investigación por sus vínculos con los paramilitares, en un proceso judicial conocido como la "parapolítica".

Entre ellos está preso el primo del presidente y su principal aliado político, el ex senador Mario Uribe.

Carreño señaló que "con las víctimas nunca se dialogó, nunca se les ofreció garantías ni se respetará la no repetición" de crímenes de guerra, como las masacres, la desaparición, las torturas horrendas, los asesinatos de líderes populares y personas del común, y el desplazamiento forzado para apropiarse de las tierras del campesinado.

Según los paramilitares y quienes los justifican, estos actos fueron cometidos contra "subversivos", es decir colaboradores de la guerrilla izquierdista surgida en los años 60.

"Pensar que desde Estados Unidos se logre la reparación de las víctimas es una falacia total. Pensar que ahora las víctimas tendrán que tramitar pasaportes y solicitar visas (a Estados Unidos) es un imposible", en caso de que sobrevivientes y familias afectadas quisieran buscar justicia en ese país, dijo Carreño.

"Es una burla total", dijo a IPS Gustavo Gallón, director de la humanitaria Comisión Colombia de Juristas. "La cuestión era clara. Si realmente estaban delinquiendo tras la desmovilización, como lo estaban haciendo, pasaban a justicia ordinaria, como está previsto en Justicia y Paz", donde en lugar de penas máximas de ocho años tendrían que pagar 40.

El gobierno colombiano dice que los procesos de la Ley de Justicia y Paz continuarán en Estados Unidos, a donde enviará a fiscales y abogados para tomar declaraciones de los ex jefes paramilitares.

Santiago Rodríguez, quien fue defensor del narcotraficante colombiano Hernando Gómez Bustamante, alias "Rasguño", extraditado a Estados Unidos en julio de 2007 tras ser deportado a Colombia desde Cuba, recordó que no se puede juzgar por los mismos hechos a una persona en dos lugares distintos.

Y además, todo lo que digan los extraditados, a partir de este momento puede ser usado en su contra.

"Yo no permitiría a un cliente mío hablar" sobre crímenes cometidos en Colombia adicionales al narcotráfico, dijo el jurista Rodríguez desde Estados Unidos en entrevista telefónica con la bogotana W Radio.

Sólo lo aceptaría si mediara un acuerdo escrito y aprobado por el Departamento de Justicia estadounidense, sobre protección ante cualquier proceso que pudiera ser usado contra un defendido suyo.

Según el estadounidense Código de Evidencia en la sección 404 P, detalló el abogado Rodríguez, si un acusado, mientras es juzgado, admite en otro proceso delitos que no hacen parte de la acusación en Estados Unidos (como las confesiones en las que se basa la Ley de Justicia y Paz), esas admisiones pueden tornarse evidencia contra el procesado.

En síntesis, los ex jefes paramilitares extraditados no tendrían por qué colaborar con la justicia colombiana, porque esto les puede complicar su situación legal en Estados Unidos. "Tendría que haber protecciones por escrito", reiteró el jurista.

Para el senador colombiano izquierdista Gustavo Petro, con estas extradiciones, el presidente Uribe "dio varios golpes en uno solo". "El primer golpe es contra la verdad", dijo a IPS.

"Si Uribe dice que hay un pacto con Estados Unidos" para que los procesos por crímenes de guerra continúen en ese país, que no reconoce la jurisdicción de la Corte Penal Internacional, "es un pacto secreto porque nadie lo conoce. El interés de Estados Unidos es controlar el narcotráfico, nada más", expresó.

"El segundo golpe es contra las víctimas y la posibilidad de una reparación, que se aleja al no conocerse la verdad", y "el tercero es contra la justicia colombiana", señaló el senador, porque con esta decisión, el presidente "desconoce la justicia colombiana y reconoce la justicia estadounidense", estimó Petro.

Por su parte, la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR), creada en el marco de la Ley de Justicia y Paz, instó a "firmar un acuerdo de cooperación entre el Departamento de Justicia de los Estados Unidos y la Fiscalía General de la Nación de Colombia, para que los derechos de las víctimas ocupen un lugar central en la agenda judicial".

Otro acuerdo que habría que pactar, según la CNRR, debe garantizar con "certeza" que las víctimas "puedan adelantar tanto sus demandas civiles como penales contra los jefes paramilitares extraditados y así garantizar la plenitud de sus derechos".

*Con aportes de Helda Martínez (Bogotá).(FIN/2008) Tomado de: http://ipsnoticias.net



PIEDAD CÓRDOBA: ''AMANECERÁ Y VEREMOS'
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[ 05/23/2008] [ ] [ Autor: Telesur]

"Yo me atengo a la verdad, a lo que he hecho, a lo que el país conoce. Y como dice el dicho popular: 'amanecerá y veremos'".

La senadora liberal concuerda con Carlos Lozano respecto a que las acusaciones contra tres congresistas, tres periodistas, un ex candidato presidencial, una activista y tres extranjeros, hacen parte de una maniobra para quitarle notoriedad a los escándalos de la ''narcoparapolítica''.
A la senadora colombiana Piedad Córdoba, quien fuera facilitadora de un acuerdo humanitario durante la mediación del presidente venezolano, Hugo Chávez, no le sorprende la apertura de investigaciones sobre supuestos vínculos con las FARC anunciada más temprano por la Fiscalía General de su país.

Tampoco se siente amedrentada en su tarea de buscar la paz para Colombia por la vía del diálogo, porque se atiene "a la verdad y a la justicia".

Según dijo a TeleSUR en un contacto telefónico desde Bogotá, la noticia "no es sorprendente ni es sorpresiva, es apenas fruto natural del proceso que está viviendo internamente el país, con un Gobierno que fue calificado de régimen mafioso, en una circunstancias que cada vez más lo ponen contra la pared".

"Quiero pensar que se actúa en derecho, como se actúa en un estado social y democrático de derecho como es Colombia", expresó

Córdoba, del Partido Liberal, concuerda con lo afirmado por el periodista comunista Carlos Lozano, sobre que las acusaciones contra tres congresistas, tres periodistas, un ex candidato presidencial, una activista y tres extranjeros, hacen parte de una maniobra para quitarle notoriedad a los graves escándalos de la "narcoparapolítica" en Colombia.

"Carlos está en lo que es", dijo y precisó que está liderando un grupo de abogados que libra "una batalla jurídico-política muy interesante para el país, muy importante para quienes queremos que el mundo sepa la situación de postración ética y moral que vive Colombia".

"Ésta es una tarea difícil, pero no es la primera batalla ni es la última para quienes, como revolucionarios, reivindicamos una sociedad distinta y diferente y pensamos que Colombia merece una suerte mejor", añadió.

"Vendrán más ataques"

Aseguró que uno de los próximos ataques orquestados desde el Gobierno vendrá de la guerrillera recientemente desmovilizada Karina, con quien cree que intentarán vincularla.

"Ya Karina está también declarando contra nosotras, es una señora que yo no conozco bajo ninguna circunstancia".

Nuevamente, la senadora defendió la posibilidad de que países de América Latina "con sus presidentes, a la cabeza el presidente Chávez, (Rafael) Correa, Cristina Kirchner, Evo Morales, el nuevo presidente de Paraguay, con Brasil", conformen un grupo de naciones facilitadoras del acuerdo humanitario en Colombia.

Dijo que no detendrá su labor "para recuperar la libertad de los civiles, para comenzar el acuerdo humanitario", y se puso un plazo "de aquí a diciembre" para que "podamos estar obteniendo por parte de las FARC, en una oportunidad única en la historia, que termine el secuestro y que salga del conflicto interno como forma de lucha política".

Lamentó que el Gobierno no quiera reconocer "que hay un derecho de guerra" pero consideró que lo ocurrido será una nueva oportunidad para luchar por la justicia, "a ver si se le acaban las excusas al Gobierno para esconder la verdad".

"Yo me atengo a la verdad a lo que he hecho, a lo que el país conoce. Me atengo, afortunadamente, a quien respeto, que es mi poder natural, la Corte Suprema de Justicia y como dice el dicho popular: 'amanecerá y veremos'". TeleSUR / mc - MC

lunes, 14 de abril de 2008

La sociedad del miedo.


Por Camilo Morón Castro

Por esta época es pertinente reflexionar sobre el afán de delación que impera en este país donde las respuestas dadas, las preguntas prohibidas y las noticias diarias superan cada una en horror y sevicia, como lo fue la celebración de un hecho aberrante por parte del gobierno y sus mandos militares; la noticia del pago de la recompensa al asesino de Iván Ríos. Desde nuestra labor como trabajadores de la cultura debemos resguardar nuestras acciones de la perfidia de los delatores, vigilantes promedios, incentivados por un gobierno que recompensa la barbarie y por ello estamos en capacidad de sembrar una serie de interrogantes sobre este suceso. Con esto no estamos justificando la actuación de los grupos en disputa del conflicto interno del país, lo que planteamos es el examen de la doble moral defendida por un gobierno que impulsa los dedos acusadores y el asesinato cómo un método para pagar la traición; algo que no tienen asidero y con los que se demuestra que el impulso irresponsable del odio por parte del gobierno de turno puede inclinar la balanza contra los que disientan sus decisiones, más aún si se trabaja en pro del disenso y la reflexión crítica frente al contexto actual que no permite el sano ejercicio político de la sociedad civil.

Pero, la sociedad calla ante la gestión de una guerra sucia promulgada bajo el impulso de los medios oficiales que se han convertido en vasallos políticos, confundiendo a la opinión pública tras una estela oscura que hace pensar que las cosas no pueden ser de otra forma. El panorama se ha extendido a lo largo de los oscuros años de este gobierno caracterizados por sus múltiples escándalos; La para-política, el proceso de desmovilización de las A. U. C., los crecientes falsos positivos, el quebrantamiento de los Derechos Humanos, el desplazamiento forzado, por mencionar algunas de las bondades de este periodo oficial. Así, volviendo sobre la reflexión que nos acomete cabe la pregunta de la legitimidad de esta sociedad de la denuncia, donde están las formulas de juicio frente a estos hechos, pues es claro que el gobierno no puede justificar las acciones de la justicia privada y sus ejecuciones si se violan los principios constitucionales. Lo que se lleva a cabo en la actualidad es la violación de la legitimidad constitucional que nos rige en aras de imponer el terrorismo de estado; el manto de ignorancia aumenta y al parecer nadie se detiene a pensar que en un Estado de Derecho como el que se enuncia en la Constitución Política de 1991, el Gobierno debe dedicarse a gobernar, la sociedad civil a opinar sin restricciones y las instituciones ideadas como pesos o contrapesos en una democracia a cumplir con su función, lo cual desde luego no se está cumpliendo.

El gobierno debe apelar por investigar, juzgar y proceder de acuerdo al orden jurídico que sostiene el equilibrio vital de la sociedad. Pese a este incumplimiento, las opiniones siguen divididas, los hechos recientes han sido condenados por el Procurador General de la nación y por gran parte de los miembros de la rama judicial, mientras que la iglesia católica ha acompañado con un silencio sepulcral las irresponsables acciones del fiscal general de la nación que actuando por vía presidencial, absuelve al hombre que se presentó la semana pasada con la mano de Iván Ríos, sin analizar el trasfondo del dilema ético de destinar los dineros públicos para pagar por un asesinato y descuartizamiento: "podría ser exonerado en caso de que se compruebe que el crimen que cometió tuvo
sus motivaciones en un "miedo insuperable, un error invencible o un
estado de necesidad
".
Lo cierto es que dentro de los parámetros de los estados de derecho es imposible dejar pasar esta disyuntiva jurídica, pues en un caso como este el estado no puede actuar por fuera de la legitimidad y ampliar el espectro de la guerra sucia que no deja de circundar en nuestra realidad.

A estas alturas con el complejo mensaje enviado a la opinión pública, se van a normalizar más crímenes resguardados en la impunidad y, es que penosamente en este estado que se supone de derecho, nadie puede ir por ahí asesinando, aún si sus actos están amparados por la irresponsabilidad del gobierno de turno y por la ciega devoción de sus seguidores instigada por los medios de comunicación oficiales. Desde este escrito dejamos algunos interrogantes a su consideración sobre los causales de exoneración del delito cometido por el asesino de Iván Ríos. Por ahora, cabe iniciar una disyuntiva sobre la responsabilidad estatal en la instauración de una sociedad del miedo donde todo aquel que disienta del establecimiento debe cuidarse de las balas que acompañan a los dedos señaladores.

domingo, 13 de abril de 2008

Día con huella


César Lévano
La Primera - Lima

El asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948, abrió una era de violencia en Colombia y una página de aleccionadora historia para la América Latina. Gaitán era en ese momento un líder querido por el pueblo y el casi seguro vencedor en una elección presidencial en la que enarbolaba banderas de reforma agraria, justicia social, respeto por los derechos de los trabajadores. Era hombre de origen humilde que se había hecho abogado para defender a los pobres.

Nacido en 1903, pertenecía a la generación latinoamericana que simpatizó con Víctor Raúl Haya de la Torre y el aprismo agrarista y antiimperialista. Incluso, en una ocasión en que Haya dio una conferencia en Bogotá, Gaitán lo presentó como "el paladín de los descamisados de América".

Gaitán no era mero doctrinario; era luchador activo. La primera vez que fue elegido congresista denunció, durante 15 días, los crímenes de la transnacional estadounidense United Fruit, financiadora de dictaduras sanguinarias en Cuba, en Guatemala, en Colombia, etc. Ocurrió a raíz de la matanza de bananeros colombianos en 1928. Fue aquella una masacre horrible, sólo comparable con la de los salitreros de Iquique, Chile, en 1907. En ambos casos, fueron miles los obreros asesinados. Preludio horrendo de lo que después vendría.

No hay en el mundo masacres de proletarios parecidas a ésas. Respecto a la de Colombia, en Vivir para contarla Gabriel García Márquez la ha narrado tal como se la contó mil veces su abuelo: "…el militar leyendo el decreto por el que los peones en huelga eran declarados una partida de malhechores; los tres mil hombres, mujeres y niños inmóviles bajo el sol bárbaro después que el oficial les dio un plazo de cinco minutos para evacuar la plaza; la orden de fuego, el tableteo de las ráfagas de escupitajos incandescentes, la muchedumbre acorralada por el pánico mientras la iban disminuyendo palmo a palmo con las tijeras metódicas e insaciables de la metralla".

Dos meses antes de su muerte Gaitán había convocado a La Marcha del Silencio. Era en protesta, recuerda Gabo, "por las incontables víctimas de la violencia oficial".

Fidel Castro, de 21 años, tramaba un Congreso de Estudiantes Latinoamericanos que se estaba improvisando bien. Por eso estaba en Bogotá. Aquel mes, recuerda, "todos los días aparecían noticias de que en tal lugar habían sido asesinados treinta campesinos, en tal otro veinticinco campesinos". (Arturo Alape, El Bogotazo).

Después de un siglo de guerras civiles, una nueva violencia se había implantado en Colombia, por orden del imperialismo y la oligarquía colombiana. Tras la muerte de Gaitán, la ira destruyó Bogotá y encendió otra guerra.

Los que ordenaron la muerte de Gaitán están allí, en el poder, cosechando la tempestad que sembraron el 9 de abril de 1948,

viernes, 11 de abril de 2008

PALABRAS DE LA SENADORA DE LA REPUBLICA PIEDAD CÓRDOBA EN LA CÁTEDRA GAITÁN , SIMPOSIO MATARON A GAITÁN, BOGOTÁ, DC., ABRIL 09 DE 2008.


Me entusiasma sobremanera la celebración de este simposio y la realización de la cátedra jorge Eliécer gaitán, por parte de la universidad nacional de Colombia, nuestra alma mater. No cabe duda que se trata de un merecido homenaje a la memoria de quien se había convertido en la esperanza cierta de la democracia, el socialismo y la paz. y a quien representó en un momento convulso del país la defensa de los sectores más débiles de la sociedad.
Gaitán egresó de este centro académico el 29 de octubre de 1924, es decir hace ochenta cuatro años, graduado con una tesis denominada "las ideas socialistas en Colombia". El espíritu de este documento traía referencias de pensadores progresistas y tenía vocación de propuesta programática para el país. era nada menos que el comienzo de una carrera publica al servicio de quienes más lo necesitaban. Allí empezó el negro gaitán su ardua lucha por la justicia social y la equidad de campesinos obreros y estudiantes. Es decir, fue en la universidad nacional donde comenzaron a abrirse paso las ideas, la capacidad de lucha y la expectativa revolucionaria de Jorge Eliécer Gaitán por Colombia. Y no lo hizo de cualquier manera, sino con sacrificios, bajo el signo trágico de la hostilidad de los amos de las instituciones y el estigma de los poderosos dueños de la economía. Los necesitados de Colombia se encontraron de frente con las ideas sociales de un ciudadano progresista que estaba dispuesto a sacrificarse por ellos. todo lo que fue y representó Jorge Eliécer Gaitán para la primera mitad del siglo XX, todo lo que construyó con su inteligencia inagotable, paradójicamente lo demanda hoy nuestra adolorida Colombia. En otro contexto pero casi con los mismos actores, Colombia padece la persecución y las masacres bananeras de la Colombia de 1929 en Santa Marta. Hoy ese desangre del pueblo se vive crudamente en el Urabá antioqueño. y esta vez no lleva el nombre de la United Fruits Company, sino el de "Chiquita Brands". Hoy el clima desolado de Colombia requiere más oraciones por los humildes y más marchas del silencio. Más antorchas y más banderas desafiantes.
Si en aquella época Mariano Ospina Pérez y Laureano Gómez comandaban un proyecto de terror, de exclusión y de expulsión, sesenta años después la situación no ha cambiado. Tres millones de desplazados, una desocupación del doce por ciento, que nos coloca como campeones en América Latina en ese flagelo. Son botones de una dura realidad que nos da a entender que aquí existe un tiempo circular como en las obras de García Márquez. Me atrevería a afirmar que si Gaitán existiera en nuestro tiempo no tendría necesidad de cambiar su proyecto político ni de modificar su pensamiento sobre cosas que él planteaba como el abuso imperialista, la desigualdad social o el monopolio industrial. Sus tesis están hoy más vigentes que nunca. Hay una plutocracia que facilita que las transnacionales se vayan quedando con nuestros recursos naturales y que usufructúa el poder político y económico en contra de nuestros compatriotas. Tenemos unos partidos políticos de los cuales hace tiempo la ética pública fue desterrada. Una rama ejecutiva integrada por mercaderes que se lucran de los negocios estatales. Unos medios de comunicación parcializados, que violan el derecho a estar imparcialmente informados. Unas empresas de comunicación que practican el terrorismo mediático y el delito de opinión. Unos periodistas arrodillados al poder económico y político, que mienten sin rubor que falsifican la realidad y montan matrices de opinión para generar desconcierto y liquidar reputaciones. Estoy precisamente denunciando ante el país y la comunidad internacional los montajes que contra mi buen nombre viene haciendo el grupo Ardila Lulle a través de su empresa de televisión R.C.N. (o radio casa de Nariño, como dicen los estudiantes)
La irresponsabilidad con que han puesto en peligro mi integridad y la de mi familia está en directa relación con mi oposición a un proyecto retardatario de concentración del poder por unos cuantos comisionistas del imperio. En esta tarea he venido recibiendo la solidaridad de muchos sectores de la sociedad colombiana, que han visto cómo un contratista del estado que tiene alquilado al gobierno una franja en el espacio electromagnético del estado, se ha propuesto distorsionar mis planteamientos políticos y mis ideas sobre el acuerdo humanitario y la paz, para presentarme ante los televidentes como una aliada del mal y del terrorismo. Mi lucha es contra de un congreso de la republica deslegitimado porque un sesenta por ciento de sus integrantes está vinculado con los grupos paramilitares. Contra unos paramilitares a quienes el gobierno les ha tendido la mano a través de una ley de justicia y paz que les reduce al ridículo las sanciones penitenciarias y les deja casi intactos los bienes usurpados a los campesinos y a la clase media en la provincia colombiana.
Unos actores armados aliados del estado que vienen confesando con cinismo la comisión de crímenes de lesa humanidad, en los cuales han agotado tendencias antropofágicas. Y que han bebido de la sangre de sus víctimas y sin embargo el gobierno mantiene firme su voluntad negociadora con ellos. Soy opositora de un gobierno que criminaliza la protesta social y que persigue a las víctimas de su propia violencia. Un gobierno impávido frente a la situación de los secuestrados por la insurgencia armada de las FARC. Un presidente que permite el espionaje a la oposición política, que activa las escuchas telefónicas, un gobierno arrodillado al amo del norte. Un gobierno que se ha convertido en cabeza de playa del señor Bush para combatir las tendencias alternativas y socialistas de América latina. Un presidente que se lava las manos frente a la criminalidad que acosa a los trabajadores, a los indígenas, a los afros americanos, a las mujeres y a los estudiantes.
Este sería el escenario adecuado para la lucha de jorge Eliécer Gaitán. Un hombre cuyas ideas de justicia, solidaridad y paz habían logrado articular a la multitud a un proyecto progresista, por el cual fue asesinado. Pregunto esta noche a ustedes queridos y queridas académicas y estudiantes, y compañeros y compañeras en general si el grito de combate de Gaitán sobre la restauración moral y democrática de la republica, no tiene plena vigencia. Si la afirmación de quienes están en el poder no son los mismos con las mismas. La academia debe reflexionar profundamente sobre el momento que vivimos los colombianos. Es preciso participar activamente por la solidaridad con los que sufren persecución, por las víctimas de la violencia, por los que sufren miseria porque hoy como en la época de Jorge Eliécer Gaitán ni la persecución ni el hambre, ni la miseria tienen color político.
Jorge Eliécer gaitán no solo contribuyó a visualizar los graves problemas de la sociedad de entonces desde su perspectiva de jurista, de ideólogo y de dirigente político, sino que a través de una pedagogía de la ética se propuso cambiar las costumbres políticas. No hubo en el desmayo alguno frente a la necesidad de organizar y de instruir a su pueblo para la lucha frente a la corrupción, la injusticia y la inequidad. Fue un hombre que se aproximó a su pueblo desde la diáfana posición del ejemplo. Por ello fue acogido por las masas. y no lo fue solo por el mensaje dramático de su discurso, sino porque su comportamiento, su conducta publica estaban expuestas constantemente al examen de los colombianos. Su vida era en esencia un dechado de valor insuperable. No se arredró frente al peligro que lo asechaba constantemente. Su fe en el horizonte del cambio lo llevó a asumir riesgos que muy pocos se atreverían a asumir.
Gaitán fue un hombre integérrimo en sus procederes y en sus responsabilidades. En este centro académico, el más importante de la nación, abanderó la lucha por reformas y estableció debates que lo conducirían al reconocimiento de su generación. Sabían que ese cobrizo rostro y esa figura de rasgos indígenas no iba a quedarse con un título de bajo del brazo buscando los denarios de una profesión que empezaba a ser próspera. Había en quienes los conocieron la expectativa de que gaitán avanzaría mucho más allá de los limitados campos de su profesión de abogado de pobres o de consultor jurídico de empresas transnacionales. su destino lo dirigió como por una vía previamente construida a los escenarios desde los cuales podría asumir la denuncia de los flagelos que pesaban sobre las clases populares. Fue un hombre que se dedicó con estoicismo a defender las causas que sus pares rehuían por no afrontar riesgos. Fue el más importante jefe que haya tenido mi partido en la historia política. Le introdujo reformas que aún hoy hacen parte del ideario liberal. Renovó la esperanza de las clases populares en una visión socialista de la democracia. Por ello quienes hoy estamos al frente de responsabilidades políticas, evocamos su nombre y sus ideas como un patrimonio de la colectividad. Su magnicidio no sólo llenó de desolación los espíritus de las mayorías nacionales, sino que frustró la posibilidad de una verdadera revolución democrática que hoy, sesenta años después seguimos buscando.
Por su memoria, por la simiente de su sangre derramada, los colombianos y colombianas de este tiempo estamos en la obligación de propugnar un camino de transformaciones radicales que permitan que nuestros compatriotas puedan, algún día, sentir que habitan un país del cual han desaparecido la violencia, el desplazamiento y la injusticia social. Los que mataron a Gaitán, deben saber que ese gran líder aun vive entre nosotros. Que su vida y su ejemplo iluminarán nuestro camino. Que sus ideas conducirán nuestro trabajo en la búsqueda del socialismo.

martes, 8 de abril de 2008

Sin piedad no hay Paz


Por Selnich Vivas Hurtado, Bogotástrasse

La sociedad colombiana le debía a Piedad Córdoba un acto de desagravio. Un acto multitudinario y cultural que expresara una voluntad clara: todas somos Piedad. Dicho así en femenino no debe excluir a los hombres, pues es justamente en ese cambio de perspectiva que los hombres pueden ver una Colombia en su dolor y tragedia femenina. Que los hombres se podrían atrever a llevar también un turbante de colores, para acercarse y ponerse en el lugar de quienes viven con mayor intensidad la violencia de esta guerra.

Ese homenaje se dio el 3 de abril a las 6 de la tarde por las calles de Bogotá. Frente a un teatro repleto de invitados especiales que respaldan la labor de la senadora se aglomeraron miles y miles de ciudadanos de todas las clases, entre intelectuales y gente del común, para decirle a Piedad “¡A la Plaza, a la Plaza, a la Plaza de Bolívar!”

¿Qué personifica esta mujer? No es sólo su juventud y su belleza singular (chocoana-antioqueña) lo que atrae a sus seguidores y seguidoras. Entre los asistentes vimos a Gustavo Petro y a Carlos Gaviria Díaz dispuestos a contribuir desde idearios políticos diferentes en la construcción de una opción para el país. Tampoco es simplemente el turbante que Piedad suele lucir, el que llama la atención de esa otra forma de hacer política. Ese turbante connota de un lado lo que permaneció prohibido en nuestra política, la presencia de memorias africanas e indígenas, de tradiciones multicolores, heterogéneas, ancestrales. Y de otro lado es quizá una invitación a hombres y mujeres a lucir otro aspecto, otra posición frente al país. Ropa hace gente, dice el refrán. El cambio de moda es también un cambio de ideas. El aire fresco se desentierra del olvido.

Académicos, políticos y movimientos sociales se alistan para conmemorar por lo alto los 60 años del magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán. Justo el día de esos recuerdos, no podemos hablar en sordina de Piedad. La reflexión histórica permite entender de qué manera los hechos pasados se ligan a los hechos presentes. Las causas perdidas nunca se silencian. Si ya se habían visto esos ríos de gente siguiendo a Gaitán por la carrera Séptima, si ese líder y las exigencias de sus seguidores fueron acallados y enterrados, si el propio Gaitán fue asesinado, no quiere decir que ya no haya espacio para disentir frente al poder jerárquico y autoritario. Por el contrario lo que vimos el 3 de abril en este acto de desagravio a Piedad Córdoba fue el resurgimiento de ese movimiento recesivo de la memoria con la fuerza suficiente como para dar realidad, esta vez sí, a esas transformaciones urgentes.

Es precisamente esta coincidencia la que explica el significado de Piedad Córdoba. Estamos frente al nacimiento de un movimiento que recoge y recuerda las proporciones del movimiento gaitanista, sin reducirse ni querer parecerse a él. El movimiento que respalda a Piedad Córdoba es un movimiento de generación espontánea, multiregional, multicultural, no partidista, no excluyente, que ve en ella la posibilidad de recuperar las viejas utopías sociales que permitan definitivamente pensar el país en su diversidad, es decir, fuera de la homogeneidad masculina deformante, arbitraria y artificial que desde la Independencia los criollos implantaron como identidad nacional colombiana.

Respaldar a Piedad Córdoba es claramente exigir que se desmonte la idea de identidad colombiana, porque ella es la raíz de los problemas sociales. Hoy necesitamos ciudadanos capaces de vivir y de pensar el mundo más allá de los fanatismos políticos, religiosos, raciales, lingüísticos. Seguir a Piedad es pensarnos por primera vez desde el Chocó, desde los pueblos indígenas y de reconocernos en esta multiplicidad de modelos de pensamiento como seres idóneos para interactuar con el mundo europeo, con el mundo africano, árabe, chino, coreano, etc. Cualquier intento por implantar en Colombia un sistema político o económico absoluto identitario va a fracasar. Es una aberración pensar que todas las regiones y culturas de este país deben hablar el mismo idioma, que el español debe seguir siendo el instrumento de pensamiento de estas tierras. Es hora, el tiempo ha llegado en que hagamos políticas desde otras sintaxis, con otras músicas y colores. Yüüü!


Y para qué un Movimiento Cultural


Por Álvaro Marín

Si la cultura es en sí misma movimiento ¿Qué es lo que hace que en algunos momentos se hable en términos específicos de Movimiento Cultural? Las corrientes críticas y de la creación surgen de contingencias singulares, muchas veces acompañadas de grandes transformaciones sociales, o de revoluciones técnicas y científicas, y cuando no, entonces preceden y crean el espacio propicio para estas transformaciones. Hoy en Colombia se vuelve a hablar, después de un largo silencio frente al tema, de movimiento cultural, y en realidad hay algunos signos que pueden dar cuenta de la presencia del fenómeno, entre ellos el resurgimiento del movimiento estudiantil impulsado por las generaciones más jóvenes de estudiantes. Pero existen también corrientes expresivas que se manifiestan a través de diversos medios impresos, audiovisuales y sonoros. Desde luego no me refiero a la expansión del mercado en el ámbito de la cultura, sino a todas las corrientes que surgen desde los distintos escenarios de la vida colombiana y que tienden a constituir una vertiente de la cultura más allá de los mass media y el mercado, o precisamente como respuesta a la apabullante incidencia y control social de esos medios que hacen parte de la estructura del sistema. Las corrientes que surgen son precisamente corrientes antisistémicas, y el naciente movimiento cultural fluye entre los intersticios de nuestra vida de manera desarticulada, pero con intereses y necesidades comunes; el sentido de la creación que acompaña una preocupación social, es precisamente otro elemento característico de los movimientos culturales.

Las fuerzas de la articulación

El significado de un movimiento cultural en un contexto como el colombiano es impredecible, pero es también una respuesta al corto alcance - en términos de necesidad de cambio- de las vanguardias, o mejor, del aparato político. La necesidad de condensar una voluntad, de constituir y articular una fuerza en un movimiento de artistas e intelectuales, como el que se ha propuesto desde la iniciativa de los poetas en Medellín, es también una iniciativa que deja entrever la intuición de un proceso en curso y conformación.

Pero antes hay que decir que los movimientos culturales están en parte determinados por las propias contingencias, y sobre todo por la necesidad de cambio y transformación de la realidad: cultura siempre es movimiento. Pero el caso singular del movimiento que surge es su levantamiento desde la profunda ceniza del holocausto colombiano. Al filón de la muerte que alimenta el poder, los intelectuales y artistas responden desde una iniciativa vitalista de la política que consiste en trabajar con sentido generativo, desde las ruinas del fracaso del Estado Nación en Colombia.

Un movimiento cultural, como todo movimiento social, incluso físico, supone una transformación, un cambio en la cualidad. Lo cualitativo en los movimientos culturales no es una suma de cantidades y filias sino todo lo contrario: una transformación de la materia, de la masa crítica. Entonces la acción cultural supone asimismo una energía que actúa en el sentido de esa transformación, es un movimiento, un sismo de la cultura. ¿Qué es lo que hace que una cultura circule en sentido evolutivo? El conflicto y sus componentes son el primer elemento activador, pero el segundo elemento, y sin el cual el primero sólo sería un componente inerte, es la conciencia; la conciencia es en sí misma búsqueda de sentido.

La conciencia agredida

El movimiento del mercado como estrategia de expansión busca distraer la conciencia a través de estrategias diversas. Una de sus estrategias es la insistencia en la tergiversación de la realidad, no sólo a través del tinglado mediático, esto no es suficiente para el mercado, su movimiento compulsivo busca también atiborrar la conciencia de la inteligencia y sus trabajadores que son los artistas, escritores, periodistas y pensadores. Sus fuerzas y movimientos reaccionarios actúan a través de los mismos intelectuales y a través de herramientas que reproducen en ellas el estado febril que obnubila y refunde en un ensueño de bienestar individual el estado de vigilia del mundo, sus herramientas son formas vivas: bacterias consumistas, virus que desarreglan el sistema inmunológico propio, palabras que vulneran el lenguaje. Y otras, las más de las veces: la comodidad, el dinero, la corrupción. Y estos componentes actúan como elemento inoculador que localiza el cuerpo expresivo y lo invade, una muestra de ello son las columnas de los escritores que les sirven de estructura intelectual a la prensa oficial. Una prensa confesional que recurre a la coacción a través de sus columnistas y que demanda de manera agresiva la conversión de los díscolos señalándolos con el estigma, históricamente reincidente, del sedicioso, o de estar contagiado del espíritu sublevado. El horror al contagio resguarda a la inteligencia sistémica de perder sus defensas individuales y preserva sus privilegios que nunca van más allá de los pingues beneficios personales logrados a través de una escritura inane.

El sentido de un movimiento cultural encuentra su campo de proyección precisamente allí, en la ruptura del tabú, en el espacio de la comunicación, en medio del contrapunteo entre las fuerzas cuantitativas del mundo financiero que se expresa primero en codificaciones y termina componiendo cifras. Pero las fuerzas de cambio son siempre cualitativas, aunque procedan de acumulaciones como ocurre en la realidad colombiana: el conflicto de largo tiempo ha acumulado la suficiente energía para su propia auto incineración, la carnicería manifiesta es su cambio de cualidad, su camino regresivo y su descomposición y putrefacción última.

Las formas de expresión

No podría afirmar que en otros países ocurre lo que ocurre en Colombia, pero del país se pueden afirmar algunos signos, además de los que ya son un lugar común: el mercado como regulador del lenguaje y la gramática social. La sumisión retoma nuevas formas, tanto que la voz y la opinión individuales se ven asordinadas por el coro que pide el respeto a la institucionalidad y a la autoridad, paradójicamente en Colombia, en donde el poder se sustenta sobre la corrupción, y la autoridad y sobre el desmesurado componente de la fuerza física y criminal que hace parte de la misma descomposición institucional.

Las formas de expresión de buena parte de la intelectualidad colombiana surgen del ámbito totalitario de la corrupción. El movimiento cultural, de tendencia argumentativa y cuestionadora en este caso, no puede verse desde esa institucionalidad sino como amenaza y como “enemigo”, y cuando no, está el disfraz del colaboracionismo investido de “independencia” que pretende ubicarse en un inexistente centro, como el centro en la esfera de Pascal, que está en todas partes y en ninguna. No es posible la independencia en un medio dependiente, lo que si es posible es la simulación crítica fungible como insumo de producción, o en el mejor de los casos de semental del aparato reproductivo de la cultura, hasta su involución o desaparición en los ciclos de un mercado que se inventan un escritor cada día, y cada día, convierten a otros en desaparecidos de las “fuerzas oscuras”, fuerzas que se presentan al asalto como tales sólo por la venda de la censura crítica. En estos tiempos la racionalidad instrumental de la industria cultural ha alcanzado el máximo de poderío que hace ver grisáceos el pensamiento y la reflexión, vagando en fantasmagorías, cubiertos por la bruma del éxito comercial, tanto mayor cuanto es más evidente la miseria de la creación.