sábado, 5 de julio de 2008

Respuesta a dos poetas al filo de un parteaguas

He recibido los mensajes de los poetas Juan Manuel Roca y Gabriel Jaime Franco. Entiendo el envío de los mensajes como un llamado a la toma de posición frente al reconocimiento al Festival por parte del Congreso, y no quiero pasar de agache en este debate -si es debate y no camorra-. Partamos de la desprevención y también del hecho que no es un asunto trivial el homenaje por parte del Congreso a una expresión cultural importante para el país como es el Festival de Poesía de Medellín. Me asalta la preocupación, como a todos, -incluido Prometeo- del beneficio, o el maleficio, que pueda ser un reconocimiento del actual Congreso, pero también tengo la costumbre de no ser ladino en mis opiniones: mi criterio es el que sigue frente a este hecho de la cultura colombiana:

La doble connotación: cultural y política del reconocimiento, me invita a mirar el hecho como ciudadano y no como poeta amigo de... o enemigo de... que parece haberse fundado en Colombia bandos poéticos y no corrientes críticas y literarias; resabios del pasado clerical ¿o miserias del presente aldeano de la cultura colombiana? El caso es que el empobrecimiento y la involución intelectual del país y de su inteligencia se hace evidente en la forma de tratar asuntos de la cultura, la literatura, o la política, y ese ya es un signo preocupante ante el cual es necesario superar las posiciones ladinas y enfrentar la diferencia con la argumentación, el diálogo, o la crítica de forma directa, sin las oblicuidades propias del interés individual, o del celo exacerbado ante el reconocimiento colectivo del otro que no somos.

Seamos directos y seamos también de buena fe: digamos que el poeta Juan Manuel está muy preocupado por el destino de la poesía colombiana y ve en el Festival un bien cultural que hay que defender; digamos también que la forma de cuidar el Festival es no convertirlo en instrumento político, ni en “boca de partido”, expresión que le he escuchado al poeta. Estoy en acuerdo total en este punto. Sin embargo, lo que he visto en el nuevo rumbo del Festival es su desdoblamiento en acción política de la cultura, y esto ya es otro asunto; si los poetas no son sensibles a su entorno, y con mayor razón ante el oscuro entorno que habitamos, entonces no se puede esperar de ellos más que anacronismo contemplativo y balbuceo retórico, y este último es hoy profuso.
La cultura es siempre creación poética y por supuesto construcción política. Seamos también de buena fe en reconocer que el Festival es ese doble aporte a la cultura y amerita un reconocimiento de la nación – aunque esta nación, como es hoy, no nos guste- y que ésta puede ser una forma de consolidar el Festival y los demás procesos surgidos de allí, como el Movimiento de artistas, que es ciertamente una propuesta política.

Lo que no se puede aceptar de las afirmaciones del poeta Juan Manuel, y allí no veo buena fe, es que trate de relacionar este reconocimiento con el gobierno de Uribe, cuando el esfuerzo ha venido del Polo Democrático, entonces habría que echar en el mismo saco al Polo. El dogmatismo consiste precisamente en ver en blanco y negro, es el caso de Uribe y el de algunos escritores de los medios, como Collazos quien a una propuesta de paz del Movimiento de artistas e intelectuales por la paz, respondió con el señalamiento de “aliados de los insurgentes”; ni escudero de Obdulio que fuera. ¿Es el Polo uribista por estar en el Congreso, son los senadores Germán Reyes, Alexander López, Germán Navas, Gloria Inés Ramírez, Gustavo Petro, Jaime Dussán, Jesús Bernal, Jorge Enrique Robledo, Luís Carlos Avellaneda, Orsinia Polanco, Parmenio Cuellar, Venus Albeiro Silva, y Wilson Borja congresistas de Uribe? ¿Es Piedad Córdoba una ficha de los congresistas que están en la guandoca? Afirmaciones como las que hace Juan Manuel Roca, me parece que no están respaldadas por la argumentación crítica, mas bien olfateo mucho de mezquindad y de dificultad para reconocer los méritos ajenos.

Es como decir que el día en que María Mercedes llevó de la mano a Jota Mario y Juan Manuel a una iglesia de Bogotá, a ofrecerse mutuamente perdón como un acto de paz –y ellos la siguieron- ese día Jota Mario y Roca entraron al reino de los confesos; el hecho de haber asistido a una iglesia y recibir “la paz” de la mano del cura no los convierte en poetas secuaces de Monseñor Rubiano o en cómplices del ultra godo Espíritu Santo colombiano. Estas actitudes lindan más con las acrimonias de Arquitrave que con una argumentación inteligente. Lamento profundamente la decadencia de los buenos poetas y la peripatética caída en el odio de un poeta que indudablemente ha hecho aportes a la literatura colombiana. Hay momentos en que la cultura y la vida social necesitan de las posiciones claras de sus mejores hombres, momentos cruciales de la cultura y de los pueblos en que no se pueden permitir las bajezas. Es lamentable ver a quienes hemos tenido por nuestros mayores revolcarse en las miserias de la época.

Ya va siendo hora en que las aguas vuelvan por sus cauces naturales y se reconozcan la inteligencia y la poesía, por el fuego en la frente, como nos lo enseñó Martí, el poeta amoroso de la independencia de Cuba, y no por las bajas ulceraciones. Celebro el reconocimiento que hacen la izquierda y los demócratas en el Congreso al Festival de Poesía de Medellín, su mérito es hoy incuestionable. La preocupación de los Poetas Fernando Rendón y Gabriel Jaime Franco por el crucial momento que vive el país, nos lleva a hacerles además un reconocimiento como intelectuales de la acción, así nuestras convicciones políticas corran por aguas distintas.

Si los poetas de Prometeo van como ignorantes políticos, como garzas voluntariosas, a un espacio que tradicionalmente ha sido el bebedero de las zorras legislativas, la cosa está perdida. Pero tengo la certeza de la formación política de los poetas de Prometeo, y esa es una de las cualidades del Festival: el desdoblamiento de la acción cultural en acción política. Y es más meritorio aún cuando buena parte de la intelectualidad colombiana señala al Festival con el dedo ensangrentado de la deidad vengativa que escoge la próxima víctima para el holocausto. No se han espantado los poetas de Prometeo con los señalamientos, contrariamente han tomado un aliento mayor para decirle al país frontalmente lo que piensan. Allí no hay asomo de miedo; ni el señalamiento, ni el miedo, ni los escritores oficiales callarán la voz crítica de la poesía.

Creer que el Congreso es el presidente, es tanto como pensar que el gobierno es el Estado, y esto ya manifiesta, cuando menos, una falta de información, que es preocupante cuando viene de un intelectual que trata un tema político. En Colombia todo es paradojal, y casi siempre se imponen la cerrazón y la paradoja; los llamados a abrir caminos los cierran, las voces convocantes llaman al odio, la ridiculización y la afrenta, y cuando no, al holocausto. Y esto es así porque se impone la sordidez y la maledicencia sobre esa metáfora necesaria que es la necesidad de crear un país distinto por encima de nuestras diferencias.

No es una responsabilidad menor con el país anteponer los intereses nacionales sobre los intereses individuales, o de las fracciones políticas. Los individuos que disocian y las fracciones que pretenden representar el universo social, no hacen otra cosa que ayudar a hundir al país en la fosa común de la soberbia y el conflicto insoluble, que lindan más con la neurosis que con los problemas de la política. En momentos como el que vivimos es más que ofensivo el dedicarse a enviar correos para señalar a otros. Uno quisiera que los poetas fueran hermanos, pero hay que estar preparados para la alta marea que se nos viene y nos separa, uno quisiera hacer un llamado a la conciliación, pero es el tiempo de las definiciones. Escribo con dolor estas palabras de respuesta que no desearía haber escrito jamás, lo mejor para el hombre, y más para los poetas es siempre la hermandad.

Son los tiempos, los giros de la historia, la agonía de un odio cetrero, la hora de los claudicantes, de los señaladores. Es “el tiempo de los asesinos”, pero también puede ser, precisamente éste, el tiempo de la dignidad. Álvaro Marín


Sobre el Movimiento de artistas e intelectuales

Con las piedras que nos han arrojado hemos ido construyendo, piedra sobre piedra, una fortaleza. El odio subterráneo lo exhumamos para exponerlo ante todos como afrenta colectiva, y luego lo vamos transformando, con el barro de de la poesía, en fuerza para la creación. Porque vamos hacia la raíz del conflicto colombiano somos señalados de radicales, término que bien nos define, y no el de “tibios” o medianos, y mucho menos el de oscuros. El Movimiento es una fuerza amorosa, no contemplativa ni conciliadora; amorosa en el sentido martiano, es decir, una fuerza de la acción creadora, un espacio abierto para la luz en medio de la oscura manigua de nuestra realidad; no es la contemplación desesperanzada e indolente. No somos el que lanza la ofensa y esconde la boca, sino el Movimiento que expresa sus ideas con claridad y avanza, y vamos hacia la vida, huyendo de una realidad ominosa. Huimos de las fuerzas de la muerte para construir otro país, otra vida. Huimos creando al lado de las fuerzas de la vida. Trabajamos sobre ese vacío que han dejado el odio y la muerte; juntamos nuestras partes resquebrajadas, las recomponemos y volvemos a andar, con todo aquel que quiera trabajar por la paz de Colombia, desde la resignificación misma del término “Paz”, que es acuerdo entre los colombianos, pero también ruptura con las actitudes negativas de la ausencia de diálogo, la desidia, la actitud ladina y la mezquindad, que son las fuerzas culturales que sostienen este engranaje de muerte.

Y Paz también es un país distinto, no el de las madres lactantes de las comunidades ancestrales durmiendo bajo los gélidos puentes urbanos, miradas con desdén por transeúntes tan fríos como las fosas comunes de este gobierno de la muerte. Paz no es el país de los campesinos que piden tierra y son arrojados bajo la tierra que piden. No el país de la mezquindad, nunca el país de los poetas que desconocen la noción de fraternidad. Y sin embargo es mejor la ruptura definitiva que abre las compuertas de una cultura estancada, que el hermanarse en las medianías, o haciendo tabla rasa por lo bajo. Es necesario desgarrar este manto de sombras para que sea posible la luz, todos los días lo aprendemos del sol. Álvaro Marín
"MONTAJE" RESCATE DE BETANCOURT: RADIO SUIZA
“Montaje” y pago de $20 millones por liberación de rehenes colombianos en vez de rescate, denuncia radio suiza

Asdrúbal GuerraAporrea।org Según reportan hoy varios medios europeos, la emisora estatal Radio Suiza Romanda (RSR) reveló ayer que la operación a través de la cual se logró la libertad de Ingrid Betancourt y otros 14 rehenes en manos de las FARC, fue signada por el dinero y no por la destreza o inteligencia de las autoridades colombianas y estadounidenses।Según el reporte de RSR, “los 15 rehenes fueron en realidad liberados luego del pago de una alto precio, y la operación posterior fue un montaje.”El periodista Frederich Blassel, representante de la RSR confirmó que el guerrillero conocido como “César”, uno de los dos capturados, recibió 20 millones de dólares a cambio de entregar a los rehenes.“No fue una negociación con las FARC directamente, sino con una persona muy importante de esa organización que es el comandante “César”, explicó.Radio Suiza Romanda es un medio de comunicación estatal y transmite en cuatro lenguas diferentes en Europa.El periodista Blassel agregó que de acuerdo con la fuente, Estados Unidos patrocinó el pago de la suma al guerrillero. Citando una fuente cercana a los acontecimientos, confiable y probada en varias oportunidades en años recientes, la radio también afirmó que el gobierno de Estados Unidos estuvo detrás del acuerdo y colocó el precio en 20 milones de dólares.“Los tres contratistas norteamericanos trabajaban para el FBI y fueron cedidos a la DEA para que realizaran un trabajo y por eso el interés de esa nación era muy alto en recuperar a esos ciudadanos. El contacto con el comandante César se estableció a través de su novia que fue capturada hace unos cuatro meses por el Ejército”.Frente a la extradición que afrontan los dos guerrilleros capturados en la operación, el periodista dijo que “suena raro,” pero de acuerdo con la información que posee, Suiza, Francia y España estarían dispuestos a recibir a estos dos guerrilleros y darles una nueva identidad evitando de esta manera su extradición a los Estados Unidos.El realizador de cine en Francia Gil Pérez y un analista especialista en el tema de Colombia también hablaron de este tema en similar sentido, agregó el periodista.El representante de la Radio Suiza estatal cree que todo esto obedece a la línea dura que quiere mantener el presidente Uribe frente a la negociación con las Farc y por eso considera que todo fue un montaje.“Si la gente supiera que esta operación fue un montaje detrás de una negociación, no le importaría porque Uribe sale como el triunfador y en todo caso queda como el hombre fuerte”, concluyó.La cancillería colombiana negó la versión y calificó la noticia como “falsa”. Según el general colombiano Fredy Padilla de León, las versiones de pago por rescate son “patadas de ahogado.”Por su parte, el gobierno de Francia negó haber estado envuelto en la operación.
Fernando Vallejo está indignado porque "solo se habla" de Betancourt y no de los otros rehenesEFE - viernes, 4 de julio, 16।02

Río de Janeiro, 4 jul (EFE).- El polémico escritor colombiano Fernando Vallejo considera "escandalosa" la atención que se presta a la liberación de Ingrid Betancourt, en comparación con el a su juicio escaso interés que despiertan otros rehenes de las FARC.
"Han sido secuestrados millares a lo largo de los años, ahora mismo varias centenas están sufriendo en poder de la FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pero sólo se habla de ella", dijo Vallejo en declaraciones publicadas hoy por Folha de Sao Paulo.
El escritor, que participa en un encuentro literario en la ciudad brasileña de Paraty, opina además que la ex candidata presidencial colombiana, rescatada el pasado miércoles por el Ejército junto a otros 14 secuestrados, es "manipuladora", "bellaca" y "horrible", entre otros epítetos."Es escandaloso el espacio que están dando para la liberación de Ingrid Betancourt", añadió el polémico autor de " La Virgen de los sicarios" y "El despeñadero", que es uno de los participantes en la Sexta Fiesta Literaria Internacional de Paraty.Vallejo, quien vive en México desde 1971 y se naturalizó ciudadano de ese país en 2007, calificó a Betancourt como una mujer ambiciosa y la acusó de provocar su propio secuestro en 2002 como una forma de promoción política."Ella y su asesora y compañera de aventuras Clara Rojas son los únicos políticos que actuaron para ser secuestrados", afirmó.Betancourt y su jefa de campaña, Rojas, liberada por las FARC en enero pasado, fueron secuestradas en 2002 cuando entraron en una zona controlada por las FARC en San Vicente del Caguán (sur de Colombia).En esa zona desmilitarizada se habían llevado a cabo las fracasadas negociaciones de paz entre el principal grupo guerrillero colombiano y el gobierno del entonces presidente Andrés Pastrana.Vallejo, ganador del Premio Rómulo Gallegos en 2003, se declaró "indignado" con la consternación provocada dentro y fuera de Colombia por la situación de Betancourt, quien pasó más de seis años en poder de sus captores."Han sido secuestrados millares a lo largo de los años, ahora mismo varias centenas están sufriendo en poder de la FARC , pero sólo se habla de ella", se quejó.También dijo que no sería extraño que la ex senadora se lance como candidata las elecciones presidenciales colombianas de 2010 y que en ese escenario ella tiene grandes posibilidades de ganar."El pueblo colombiano es tan ignorante que hasta puede elegirla. Pero ella es francesa, tiene doble ciudadanía. ¿Por qué escogió hacer política y competir por las elecciones en Colombia, por qué no compite en Francia contra Nicolás Sarkozy?" se preguntó.Al mostrar su escepticismo acerca de la situación actual y el futuro de su país de origen, Vallejo afirmó que las FARC, junto con la Iglesia católica y el presidente Álvaro Uribe, son "la principal plaga de Colombia".